La marcha por los derechos humanos. Una broma de mal gusto

Hoy ha tenido lugar en las calles de una bella tierra española, quizás la mas española de las tierras de España, un suceso que entristece los corazones de las personas honradas. Un ataque a los familiares de los muertos, heridos, amputados y desaparecidos. Un ultraje a la memoria de la sangre con la que se han teñido las páginas de una Constitución a la que los miembros de nuestro Ejercito, Guardia Civil y Policía Nacional han jurado defender, aun a costa de sus propias vidas que han entregado generosas en demasiadas ocasiones.

No han respetado la vida de militares, policías, civiles o niños. Cualquier objetivo ha sido bueno si les servía para completar su sueño delirante de independencia de España. Una España a la que odian pero de la que aceptan ayudas y subvenciones. Una España necia que sigue haciéndole el juego a un perro rabioso y mortal que sigue siéndolo por mas que se cambien el collar.

Si nos diera tanta pena, sería para reírse. Que gentuza sin corazón salga a la calle a clamar por los derechos humanos resulta patético. Pero resulta más patético y nauseabundo que gobierno tras gobierno le vayan haciendo el juego a esta escoria inhumanizada.

Un Gobierno competente mandaría a todos los gudaris de esta memez a las cárceles de Canarias, para que disfruten de calma y sol y de paso para que los familiares tengan que gastarse unos euros en su apología.

La Plataforma de Vigilantes se opone frontalmente al acercamiento, a reducir ni un ápice la presión de la Justicia sobre los asesinos de esta mafia asquerosa. A Fernando Barrena que en declaraciones a la prensa decía que este ataque al sentido común era apología de la paz, yo le digo que no. Que es apología del terror, de la barbarie y de la estupidez.

Y a todos esos iluminados que pretenden arrogarse la voz del pueblo vasco le digo que los vascos honrados, los vascos de Ley, son los que los encerraron en sus batzokis. Los que hicieron que se ocultaran como las ratas cobardes que son tras el asesinato cruel de Miguel Ángel Blanco.

Y mucho nos tememos, que antes o después, una investigación imparcial y desinteresada pondrá a estas alimañas en el lugar que les corresponde durante los atentados que acabaron con la vida de centenares de personas en aquel fatídico 11-M, tan lejos y tan cerca.

Hipercor, Plaza de República Dominicana...tanta sangre sin sentido. Los autores de estas atrocidades son los que piden respeto y solidaridad. Los que piden derechos humanos. Los mismos derechos que se pasaron por el arco de sus caprichos para sesgar vidas sin sentido.