martes, 7 de febrero de 2012

Policias en paro, Paraiso para delincuentes

Hace unos días colgué en el muro un enlace a propósito de la huelga que la policia militar está llevando a cabo en varias localidades brasileñas. No faltaron las voces de los que, desconociendo la realidad social que se vive en Brasil, apoyaban esa medida y nos invitaban a tomar idénticas aquí.

No puedo estar mas en desacuerdo. Durante un mes he tenido la inmensa fortuna de recorrer ese maravilloso país que es Argentina. He visto como la sensación de peligro e inseguridad se respira en muchos barrios de Buenos Aires. He sido testigo en primera persona de un atraco a punta de pistola, perpetrado por dos adolescentes a lo que poco faltaba para cumplir la mayoría de edad, que dispararon a un anciano para robarle unas monedas para inmediatemente refugiarse en la villa cercana, una especie de Cañada Real donde delincuentes y gente honrada sin recursos se confunden ante la mirada impasible de las fuerzas policiales. Antes del mediodía, gracias a las grabaciones de las cámaras que están presentes en las principales calles, además de en las zonas conflictivas, los dos delincuentes eran apresados. Menos de una hora después, eran liberados por el Fiscal que ve atadas sus manos ante la presión de colectivos que claman por unos falsos derechos humanos mientras los derechos y la integridad de la gente honrada son pisoteados a diario. No escuche un solo lamento de los servidores del orden. Evidentemente están indignados por las condiciones de desamparo en que se ven obligados a trabajar, pero no faltan a su disciplina, a su deber o al compromiso sagrado que adquieren cuando deciden dedicar su vida a salvaguardar la de los semejantes.

Y no quiero con esto decir que todos los policías en Argentina sean honrados, por que sinceramente la sensación que se respira no es esa. Aunque tampoco seré yo quien les tire la primera piedra, antes bien les mostraré mi apoyo por las condiciones en las que prestan servicio.

En Brasil la problemática es otra. Una policía comida por la corrupción salvo en casos contados con los dedos de una mano que se quejan del salario. Una policia que lleva casi una semana desatendiendo sus obligaciones permitiendo que la delincuencia se adueñe de las calles y que el miedo anide en los corazones de ciudadanos honrados que se ven privados del derecho a salir de sus casas para tareas tan básicas como comprar alimentos por miedo a ser asaltados en el trayecto.


Creo que hay oficios que no deberían beneficiarse del derecho a la huelga, y pienso que las fuerzas policiales son el mas claro ejemplo. Sus protestas deberían ir en otro sentido, a la japonesa, redoblando los esfuerzos para mantener las calles limpias de delincuentes aunque eso suponga multiplicar hasta el infinito el número de arrestos y masificar carceles y tribunales. Es así como realmente se consigue la atención de los gobernantes haciendo al mismo tiempo una gran labor en beneficio de una sociedad que de esta manera mostraría su apoyo incondicional a la protesta.

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