miércoles, 3 de octubre de 2012

Un día cualquiera. Una Justicia cualquiera.


Uno de nuestros compañeros, uno de los nuestros asistirá la próxima semana, después  de varios años de impaciente espera al juicio que mantiene contra Castellana de Seguridad, el Fremap y el INSALUD. Tal día como hoy, un día normal de una semana normal, dos de nuestros compañeros prestaban servicio en la Patrulla C-34 que custodia el tramo de estaciones que va entre Moncloa y Ventura Rodríguez, que con los recortes en seguridad se ha visto prolongada hasta la estación de Plaza de España. Una semana antes, los dos compañeros que se encargan de la seguridad en la estación de Argüelles habían recibido una agresión por parte de un grupo de dominicanos. Ese día nuestros compañeros habían tenido una jornada aburrida. Una mañana aburrida como tantas otras, con puestos de plantón en los andenes de la linea 4 para prevenir el acceso de grafiteros,  y patrullas por la linea 6 a la busca de los tan frecuentes carteristas y descuideros que se hacen presentes a primera hora de la mañana y por las tardes.

Durante uno de los rutinarios plantones, nuestros compañeros advirtieron a un grupo de dominicanos que accedían a la estación por el acceso mas cercano a la linea 4, sin usar títulos de transporte y sin hacer caso a las indicaciones de que debían abonar el pasaje para poder usar el transporte. De especial importancia es que estos chicos ignoraron a los Vigilantes, que les llamaban la atención desde uno de los andenes laterales mientras ellos seguían andando por el anden central hacia el interior de la estación. No era por un billete. No era por un euro. Era por el respeto que se debe al uniforme, por la agresión que habían sufrido los compañeros y por que estaban allí encargados de que las normas se cumplan. Era por que se tomaban su trabajo en serio. Por que procuraban  ganarse el sueldo que les pagaban.

Volvieron a llamarles la atención, mientras andaban en paralelo en anden el opuesto, para tratar de interceptarlos en el pasillo. Pero no, no fue posible por que los dominicanos corrieron y se cambiaron de linea. Tras una rápida batida los sorprendieron en uno de los andenes de la linea 3, concretamente el que va en dirección Villaverde Alto y les solicitaron, como marca la normativa cuando se intercepta a viajeros sin billete válido, los preceptivos títulos de transporte. Evidentemenente dos de ellos no lo llevaban, ya que los habían visto colarse detrás del tercero usando el abono mensual. Como establece la norma los Vigilantes solicitaron a los jóvenes que los acompañaran hasta el puesto de información para ser sancionados por el personal de Metro de Madrid. La respuesta llegó en forma de reto, de chulería, de amenaza y de empujones cuando el convoy hacía entrada en la estación. Se produjo un forcejeo para evitar que subieran por la fuerza, que desembocó en una agresión violenta que fue repelida con fuerza por los atacados. Dos de los tres jóvenes escaparon a la carrera tras la agresión, el otro fue reducido, esposado y llevado al puesto de control a la espera de los efectivos del CNP que se habían solicitado a través de la emisora de SALA 3.

Apenas tres minutos después los dos que habían salido corriendo regresaron armados con palos y con piedras para atacar a los compañeros. Solo la llegada de numerosas patrullas de Policía Nacional impidió que resultáramos gravemente heridos. A pesar de ello ambos compañeros sufrieron lesiones de diversa consideración. Aún hoy, uno de ellos, tiene secuelas por el ataque en el que se lesionó un hombro por varias partes.

En ese momento pensó que se trataba de un tirón muscular, debido al intercambio de golpes y el uso de la defensa y la fuerza empleada para reducir al detenido y puesto a disposición policial. Fueron traslados a las dependencias de Fremap en la calle Capitán Haya, donde uno de ellos solicitó la baja médica y el otro decidió rechazarla por pensar que aquello era solo una sobrecarga muscular.

En las semanas posteriores cada intervención acababa en la Mutua por un dolor insoportable en el hombro hasta que finalmente le dieron la baja médica, semana a semana hasta que un lumbreras que se hace llamar médico y del que no diremos nombre para no comprometer a nuestro informante decidió que el compañero estaba de broma, que en realidad solo pretendía estar unos días de baja.

Tras interponer una reclamación ante la Mutua y pasar a ser atendido por el INSALUD por un error de forma, que según le dijeron se arreglaría en los despachos, pasó mas de un año de baja en baja, de prueba en prueba sin que le detectaran lesión. Tuvo que recurrir a una clínica privada con el consiguiente desembolso económico para hacerse una Resonancia de alta densidad, más potente que las anteriores y que en menos de una hora desveló la gravedad de las lesiones. Cuatro.Ni una menos.

Finalmente fue operado en el Hospital Fremap de Majadahonda durante más de cuatro horas, y eso a pesar de que la Mutua ha estado negando la lesión hasta que le han presentado pruebas ajenas que contradecían las propias.

Tras acabar el plazo legal máximo previsto por la Ley sin que se recupere totalmente la lesión, nuestro compañero ha tenido que solicitar la excedencia y demandar a todos los implicados en este caso, Casesa, INSALUD y Fremap. La Plataforma lo ayuda en lo que puede por que lleva meses sin trabajar. Este jueves, quizás la Justicia le otorgue lo que se merece por derecho propio. Os iremos informando.

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