domingo, 9 de febrero de 2014

Los Vigilantes tienen una cita el día 13 en Sol.

Hace tiempo que no actualizábamos la página porque todos nuestros esfuerzos se han diluido en ayudar a personas que nos necesitan de verdad. Hay ocasiones en las que personas y organizaciones tienen que reaparecer. Ocasiones en las que la ilusión y el esfuerzo de personas anónimas sí merecen que les hechemos la mano y tratemos de impulsar lo que de momento solo parece un sueño.

Lleva semanas invadiendo las redes sociales como el rumor de una tormenta que inunda con olas gigantes la tranquilidad de una playa. No sabemos si esta vez se llegará a algo. Seguimos pensando que nuestro gremio tiene el cáncer dentro. Nuestra enfermedad no es el intrusismo, ni siquiera la corrupción de sindicatos y empresas del sector. El verdadero problema es la falta de profesionalidad, la falta de unión y sobre todo el hecho de que se haya perdido la vocación y el amor a una profesión que no debería poderse ejercer sin esos requisitos imprescindibles.

Las empresas condenan al olvido a los profesionales que llevan años y años dejándose la piel por un uniforme que no se valora, y lo que es más preocupante, no se valora a las personas que lo visten con orgullo. Para las nuevas generaciones, los vigilantes profesionales son unos "rambos", porque parece más cómodo mirar a otro lado y esperar el ingreso de la nómina.

Nos hemos cargado la seguridad privada, pero nosotros somos tan culpables como los que nos venden año tras año firmando convenios que, además, ya no sirven para nada. Empresas con millonarios beneficios se descuelgan de los convenios con la excusa de pérdidas, cuando la cruda realidad es que simplemente no ganan tantos millones como el año pasado. Somos culpables porque hemos perdido lo más importante que tiene este oficio, la ilusión.

En los últimos días nos ha parecido que quizás se ha recuperado la ilusión. Es posible que solo se trate de otro espejismo, pero queremos pensar que esta vez cada uno de los profesionales que se visten el uniforme cada día, dejarán a un lado sus pretensiones económicas, sus estúpidas reivindicaciones y de una vez, ¡por fin!, todos rememos a una para conseguir lo que es verdaderamente importante. LA UNIDAD.

Por eso hacemos un llamamiento desde estas líneas para que todos y cada uno de los que estáis leyendo esto os suméis a la convocatoria del 13 de febrero. TODOS TENEMOS UNA CITA EN LA PUERTA DEL SOL, A LAS DIEZ DE LA MAÑANA EL PRÓXIMO DÍA 13. JUNTOS PODEMOS. ESTA VEZ, DEPENDE DE CADA UNO DE NOSOTROS.

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