Condenado por violar a una prostituta

El Tribunal Supremo ha ratificado la sentencia que en su momento interpuso la Audiencia de Madrid a un joven que contrató los servicios de una prostituta en la Casa de Campo, por los que abonó 120 euros. La mujer tras recibir el pago subió al coche del agresor, que la trasladó al Monte del Pardo para mantener allí relaciones sexuales. La mujer se puso nerviosa en el trayecto, pero el joven la tranquilizó manifestando que su cuñado era policía, por lo que estaba en buenas manos y no tenía motivo de preocupación.

Se desnudaron y pasaron al asiento de atrás, donde ella le puso un preservativo, el la penetró pero enseguida se quitó el preservativo, la agarró del pelo y la amenazó con un destornillador hasta que terminó. Una vez finalizado el acto sexual, la llevó de vuelta a la Casa de Campo, donde ella subió a un taxi en el que se trasladó al Centro de Atención a la Mujer de Concepción Arenal, donde le prestaron asistencia y ayuda.

La Audiencia de Madrid condenó al joven por un delito de violación consumada a la pena de ocho años de prisión, que fue recurrida por el condenado. El Tribunal Supremo ha ratificado la sentencia argumentando su decisión en que la exhibición del destornillador en sí misma es una amenaza suficiente para que la víctima se sintiera indefensa y atemorizada para la práctica de sexo sin protección a pesar de su resistencia inicial, argumentando la sala igualmente que el precio acordado a pesar de la cuantía, no es un cheque en blanco y que un precio alto, no autoriza a violar.